domingo, 7 de junio de 2009

Llevo veintiocho días encerrada en casa. Las paredes han empezado a hablarme, y la mugre se esconde bajo mis sábanas, que lloran a gritos desde que duermen solas. Sigo vestida con esa camiseta grisacea que encontré en el parque de atrás, y los dedos de los pies se asoman por los agujeros de mis calcetines azules. Me doy un beso en las rodillas como desayuno. No puedo dejar de morderme los labios hasta hacerlos sangrar. Araño la palma de mis manos cada vez que pienso en saltar y no volar. Adoro escuchar el sonido de la piel rasgada, deshaciéndose lentamente, plácidamente. Se me caen las uñas de tanto esperar(te).

1 comentario:

Unknown dijo...

Yo aprobecharía la tonteria de éstos días, saldria a la calle en plena tormenta y haria papel mojado de todos los dolores y malos pensamientos.

Porque siiii! [Odio los paraguas]

Un besot, gran com vos :)