viernes, 18 de septiembre de 2009

Blablabla


Sin saber porqué, te eché de menos una noche más, a pesar de haberme prometido tropecientas veces que no volvería a hacerlo, que ya había pasado demasiado tiempo, que no valía la pena seguir con tantos sueños. Sin permiso alguno, sentí tu lengua recorriendo mi boca, aunque estabas a kilómetros de distancia. Tus manos dibujaron espirales en mi ombligo, y un suspiro entrecortado intentaba contarme secretos al oído. Un escalofrío recorrió toda mi piel, pero un calor conocido me arropó bajo la luna. Era el último día que pasé entre tus brazos, escuchando lentamente tu respiración, haciéndola mía. Y con la mente dormida, los latidos descompasados, y nuestras manos entrelazadas en un mundo de cristal, me perdí entre la realidad onírica que anidaba en mis adentros, con una pequeña sonrisa escondida entre mis mejillas, pero echándote de menos todavía.

1 comentario:

Beatrice dijo...

... me agrado este

me gusta como escribes...

blog.. me agrada encontrar uno como este...