domingo, 1 de septiembre de 2019

Septiembre.

Septiembre es el mes de los propósitos. Es el momento de hacer un reset y empezar de nuevo. De darnos una segunda (o tercera, o cuarta, o incluso quinta) oportunidad. De estrenar agenda, calendario, gimnasio, vida sana e ilusiones. De perdonarnos lo mal que lo hicimos en invierno, lo tontos que fuimos en primavera, los errores que cometimos en verano. De pensar que el curso nuevo traerá una vida nueva. De reiniciar el año por enésima vez. De sentir que ocho meses a base de tropiezos y alguna hostia han sido suficientes para madurar (de nuevo). De creer que una simple fecha en un calendario inventado hace más de dos mil años puede marcar un punto final y un nuevo inicio.. Hay quien cree en la magia de la Nochevieja, hay quien se espera al año chino, hay quien confía en las noches de verano. Quién sabe, quizás sea el momento de creer en el noveno mes del año. Y dejar que llegue y nos dé la mano y que no nos hunda y que nos abrace fuerte y sobretodo que fluya sin tanta palabrería y tantas piedras y tantos dramas y tanta hostia. Que vuele, joder, y que venga y nos sorprenda.

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