lunes, 18 de agosto de 2008

Dejemos de soñar, actuemos.

Hubo un día en el que cientos de personas, tú y yo imaginamos un mundo nuevo. Cada calle sonreía con un color diferente. Rojo, verde, amarillo, naranja. El cielo volvía a ser azul, las nubes de humo habían desaparecido, y las pequeñas esponjas blancas que tantas formas nos dibujaban volvieron a ocupar su lugar. Del asfalto brotaban raíces y flores aterciopeladas, margaritas y ansias de libertad. En cada pared se escondía un verso, y otro, y otro más. Las palabras daban vida a la ciudad, empapelando cada rincón con su fuerza, con su voz. La tierra respiraba respeto, y los animales, y las montañas, y el mar. El mundo ya no estaba al servicio del hombre. Las personas eran tan iguales como diferentes. Cada ser era único, irrepetible. Especial. Nadie ganaba a nadie, no habían perdedores. Las lágrimas se perdieron años atrás, y olía a felicidad en cada mirada.

Querida, ha llegado el momento de dejar de soñar. Ya es la hora. Actuemos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Y saberlo así, nos empuja, nos impulsa y nos ayuda a caminar. Tic-tac, tic-tac y paso a paso, actuando, destruyendo y construyendo :)

TU (L)

isabel dijo...

ojalá








un beso


me encanta tu ojo


pd: se me había olvidao cuando yo también decía eso. eso no se puede olvidar. nunca. gracias!