lunes, 29 de abril de 2019

F.

Follar con el pasado
ahorca mariposas.

domingo, 21 de abril de 2019

A.

Algunas poetas
están sobrevaloradas.

Y algunas pollas.

Y algún par de tetas.

Y los acentos en esdrújulas.

Y los bares de Berlín.

Y algunas noches de borrachera.

Y el sexo sin amor. Y con amor ni te cuento.

Y la mayoría de las vidas.

miércoles, 17 de abril de 2019

N.

No me apetece una mierda escribir. Cosas de la tercera adolescencia, supongo.

lunes, 15 de abril de 2019

O.

O vuelve la primavera
y nos trae un poco de sol,
o vamos a perder la cabeza
con tanto frío y tanta nube
y tanta hostia.

(Y es que en el fondo
tenemos tanta prisa
por quejarnos de la vida,
que no nos damos cuenta de que,
a pesar de todo,
todavía siguen pasando
cosas bonitas,
aunque no queramos verlas.)

sábado, 13 de abril de 2019

H.

Hoy quería dormir la siesta, pero me he ido de birras, y he acabado pagando la mitad de mi sueldo para entrar en una discoteca en la que no me esperaba nadie, y me he tropezado con un banco de camino a casa. Y la nevera está vacía. Kurwa.

jueves, 11 de abril de 2019

Q.

Quiero hacer tantas cosas a la vez
que al final siento
que el tiempo no para
y yo no avanzo.

martes, 9 de abril de 2019

D

Da igual a qué hora me levante,
siempre llego tres minutos tarde,
como en el amor, en la poesía
y en las ganas de querer.

sábado, 6 de abril de 2019

Tonterías

He venido al aeropuerto a recoger a una amiga. Su vuelo llega tarde, así que he decidido tomarme una birra en ayunas para hacer tiempo. Y mirar a la gente. Y reírme. Y fumarme un cigarro. Y hacerle ojitos al chico guapo del alquiler de coches. Y seguir con la birra. Tengo un libro en la mochila, pero no me apetece leer. Joder, la culpa es del aeropuerto, que una cerveza aquí cuesta menos que en cualquier bar, y claro, yo no sé decir que no. Este país va a acabar conmigo, y con mi hígado. Y un poquito con mi dignidad. Pero, ¿Y lo bien que lo pasamos?

miércoles, 3 de abril de 2019

M.

Marina tiene ganas de contaros la noche en que la dejaron plantada y que ni siquiera le saludaron. Pero no puedo con mi vida literalmente, así que tendremos que esperar.

lunes, 1 de abril de 2019

Abril.

Si bien dije que mi 2019 empezaba en febrero, al estilo chino, a mitad de mes decidí que sería en marzo. Febrero tampoco quiso ser el mejor mes del mundo. Mucho frío, algo de nieve, caras largas, mocos y mal humor. Al final, empezar el año el tercer mes no ha estado tan mal. He bebido cerveza casi todos los días. He escrito poesía barata sin filtro. He celebrado la llegada de la primavera a cinco grados. He viajado. He utilizado los cigarros como excusa. He resucitado a Marina. He dormido con un gato. He comido hasta vomitar. He ido a dos conciertos, y a una fiesta surrealista. Me he reencontrado con pequeñas piezas del pasado. He desayunado café en silencio mientras un desconocido dormía en nuestra cocina. Me he reconciliado con mi huelga de latidos. He leído en el parque. He comido al sol. He podido sacar un poquito de mi orgullo y decir que no. Y también decir que sí. He querido irme, pero tenía tanto miedo que me temblaron demasiado las alas para volar. He querido quedarme, pero la rutina me aprieta los tobillos tan fuerte que me tambaleo.

He cambiado de rumbo de vida siete veces en un mes, y todavía no me he decidido.

Mientras sigo girando, ya estamos en abril.