He venido al aeropuerto a recoger a una amiga. Su vuelo llega tarde, así que he decidido tomarme una birra en ayunas para hacer tiempo. Y mirar a la gente. Y reírme. Y fumarme un cigarro. Y hacerle ojitos al chico guapo del alquiler de coches. Y seguir con la birra. Tengo un libro en la mochila, pero no me apetece leer. Joder, la culpa es del aeropuerto, que una cerveza aquí cuesta menos que en cualquier bar, y claro, yo no sé decir que no. Este país va a acabar conmigo, y con mi hígado. Y un poquito con mi dignidad. Pero, ¿Y lo bien que lo pasamos?
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