Has empedrado tu propio camino,
y ahora no dejas de caer...
Nunca he querido,
la luna ya no baila para mí.
Una ilusión silenciosa
descansa en mis mejillas,
y las ganas huyen
con el estresante tic tac.
Pude, y no quise.
Quise, y no pude.
Siempre me ha gustado
pintar de gris
las luces de colores.