martes, 3 de junio de 2008

Grisáceo

Nunca he querido,
la luna ya no baila para mí.
Una ilusión silenciosa
descansa en mis mejillas,
y las ganas huyen
con el estresante tic tac.

Pude, y no quise.
Quise, y no pude.

Siempre me ha gustado
pintar de gris
las luces de colores.

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