sábado, 31 de mayo de 2008

Au revoir

Un acorde final
acaricia el silencio
de la amarga despedida
que un beso selló
antes de quemar
la poca realidad
que quedaba en tus pupilas,
deseosas de gritar
versos a la madrugada,
sedientas de escuchar
una voz que despierte
latidos insonoros
que nunca tuvieron dueño.

De tanto soñar mentiras
se me ha escapado el tiempo.

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