martes, 23 de septiembre de 2008

Cuéntame

Anoche pataleé
trescientos amaneceres
y ochocientas lunas.
Veinticinco mañanas
y quinientos atardeceres.
Setecientos besos
y quinientas miradas.
Cuarenta tequieros
y cuarenta y dos mentiras.


Uno por uno.


Una por una.


El jodido día sigue en pie,
sin soles, y sin noches.
Sin ganas de abrir los ojos
con la luz del mediodía.
Sin versos de desconsuelo
escondidos en el bolsillo.
Sin caricias de reserva
para las horas frías de desamor.


El destino lucha por ser el más fuerte.
La suerte también.


Y todavía no nos hemos dado cuenta.
No hemos querido darnos cuenta.

3 comentarios:

maloles dijo...

Yo no me doy cuenta de ná.
MAdremiadelamorhermoso.

Mua*

[..La chica triste que te hacía reír..] dijo...

Pues que se prepare el cielo, que a la próxima en lugar de patalear se pisotea directamente. Y a ver qué destino se atreve...y qué suerte. A ver.

Verònica dijo...

suerte y destino... veremos cual puede màs.. la vida parece ser una mezcla, a quien se le escapa la suerte el destino sorprende màs. Me gustaron estos versos mas que los demàs que lei, patalear una a una tantas cosas... conozco eso de no abrir los ojos con la luz del mediodia.. no querer ver lo que al ser visto desconsuela. Un beso, Vero.