El sol entra discretamente por la ventana, acariciando con dulcura cada poro de mi piel. De fondo, escucho a tus labios tararear una canción lentamente, entrecortada por tus risas matinales. Sonrío como una niña pequeña, y cierro los ojos. Las sábanas están manchadas de lujuria, y el almohadón todavía huele a tus pestañas. Me abrazo a él, vuelvo a dormir soñando.
Un cálido beso en la mejilla me despierta. Y allí estás tú, con esa felicidad que nunca te abandona, cuatro tostadas y dos cafés, mirándome tiernamente, sin mediar palabra, pero diciéndome todo con los susurros de tus pupilas. Te acuestas a mi lado, sin dejar de observarme. Dejas las tazas en la mesita, y los platos. Me abrazas con delicadeza, haciéndole cosquillas a mi ombligo, y a mi vida. Encuentro tus labios bajo las sábanas. Tus dedos pasean por mi cuerpo, por mis entrañas, por mis latidos. Te siento dentro de mí, otra vez.
Y nuestro café se enfría, mientras hacemos el amor.
2 comentarios:
:)
Qué bonitas ñoñerías...
Muas!
Bonito, bonito. He pasado por el flog y me ha encantado todo. Por cierto, errata en dulcura.Bsets y a seguir así.
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