martes, 29 de septiembre de 2009
Dr Mr
La niña de la sonrisa torcida quiere y no puede, puede y no quiere. Le enseña los dientes a la vida y, a la hora de morder, se le encoge la rabia, y la inocencia se asoma por los poros de la piel. No deja de reír ante la muerte, y llora al saborear pedacitos de felicidad. Todas las mañanas, con un vaso de leche en la mano, se monta en la montaña rusa de esa cosa a la que llaman vida, para dar paso a su inestabilidad emocional. Y sube, y baja, y vuelve a subir, y baja de nuevo. Su madre siempre se lo decía, antes de que la niña de la sonrisa torcida le asesinara después de un cálido abrazo: "Cariño, no sé a quién has salido, pero tu vida parece una traducción barata de Dr Jekyll y Mr Hide."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
sonrisa torcida y desiertos que se derriten en la mano después de subir y bajar cien mil veces la anatomía de las palabras.
A veces la vida tb es una noria. Supongo que cuando bajas de esas atracciones emocionales es cuando aprendes a ser mayor. Alguien se baja o es una tapadera? ;)
paz
Publicar un comentario