bajo el sol de cada luna,
mientras morían lentamente
las palabras del hambre,
del dolor, de las balas de plata.
Sonrió el imperio
cortando corazones
que sin gritar
lloraban recuerdos,
vomitados en la calzada
como una de tantas noches.
Se borraron las heridas,
quemaron malos momentos.
Hoy han vuelto a renacer.
Tu mirada tiene miedo,
y mi alma se desangra.
Huyamos.
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