domingo, 31 de octubre de 2010
martes, 12 de octubre de 2010
domingo, 3 de octubre de 2010
Alguien
Alguien que me dé los buenos días con un mordisco en los labios, que me diga lo guapa que estoy con legañas, que me dibuje espirales antes de dormir. Alguien que me calle cuando hablo demasiado, que me haga soñar, que me regale cuatro palabras tontas pero bonitas en un papel cuadriculado. Alguien que me acompañe en las sesiones de película y manta, que me mire de reojo cuando nadie se dé cuenta, que disfrute conmigo de la lluvia. [..] Alguien, pero el aire huele a nadie.
domingo, 26 de septiembre de 2010
Platos.
Las noches están llenas de amores platónicos.
El mundo está lleno de amores platónicos.
La vida está llena de amores platónicos.
El mundo está lleno de amores platónicos.
La vida está llena de amores platónicos.
sábado, 26 de junio de 2010
Homicidio
Esta por robarme besos a escondidas, esta por no pararme los pies, esta por pintar sueños inventados, esta por arrancarme la sonrisa, esta por ensordecer mis palabras, esta por cortarme las alas, esta por intoxicar la realidad, y esta por comerme el corazón.
Y así, la pequeña princesa mató a su príncipe envenedado a cuchillazos.
Y así, la pequeña princesa mató a su príncipe envenedado a cuchillazos.
miércoles, 16 de junio de 2010
Mentirosa
Hace muchos, muchos años, en una ciudad sin calles y sin sonrisas, vivía una señorita que se pintó de gris y se vistió con la armadura más dura del mundo. Todos pensaban que era la más fuerte, la más valiente, la que siempre hacía lo que quería. Lo que no sabían era que, detrás de esa montaña de hierro, el corazón se le deshacía a pedazos.
jueves, 3 de junio de 2010
viernes, 21 de mayo de 2010
Sud
Cogí un tren con destino a tu ciudad, acompañada por tres primos, dos tias, cinco amigas. Enseguida encontré tu casa, tu pequeño rincón, en una calle de piedra y bullicio de gente desconocida. Había un bar con tu nombre y, cuando estaba dispuesta a entrar, aparecí de repente en la casita de la magia, con sus pequeños gnomos cantando alegremente. Necesitaba irme. Bajé corriendo las escaleras y llegué a una plaza desierta. Vi a tu padre, a tu madre, a tu hermano. Y enseguida te vi a ti, después de tantos años. Un escalofrío me recorrió de arriba a abajo. Asfixiamos la distancia con un abrazo, y lloramos a carcajadas. Seguías oliendo igual de bien. Te fuiste, y yo me perdí con mis acompañantes por tu pequeña ciudad, disfrutando de ellos, pero buscándote de vez en cuando de reojo. El sol se escondió, salió, y te volví a encontrar, sentado en un banco, mientras esperabas a tu chica al compás de un cigarro. Hablamos y hablamos, no recuerdo muy bien de qué, pero seguro que sonaba bonito. De repente, escuchamos el pitido del tren, y volvimos a la plaza desierta, donde me esperaban los demás. Me regalaste un abrazo, y me prometiste que volveríamos a vernos antes de lo que pensaba. Y así espero que sea. Hasta el próximo sueño.
domingo, 16 de mayo de 2010
Yo, y más yo
Ya no recuerdo cómo se hacía eso de narrar historias, de redactar pequeños pensamientos, de pintar con letras las pajas mentales que neambulaban por mis entrañas. Últimamente tan sólo invento cuentos antes de dormir, cuando estamos a solas mi cabeza y yo, cuando los sueños llaman a la puerta para meterse bajo mis sábanas. Yo hablo conmigo. Y con nadie más. Jodida egoísta.
domingo, 28 de marzo de 2010
That's all
El problema empieza cuando ya no me apetece follarte, cuando prefiero darte un beso. Cuando el placer se convierte en amor.
viernes, 19 de marzo de 2010
tiquití
He vuelto a ahogar ´
penas con alcohol
Sopla el viento
en cualquier lugar,
y yo sólo veo un sol
que se esconde antes de nacer,
que la luna no quiere su amor.
Y un callejón que ayer lloró
por un poquito de luz,
se refugia después de las diez,
y sus manos no quieren creer
que la vida se olvida de él..
penas con alcohol
Sopla el viento
en cualquier lugar,
y yo sólo veo un sol
que se esconde antes de nacer,
que la luna no quiere su amor.
Y un callejón que ayer lloró
por un poquito de luz,
se refugia después de las diez,
y sus manos no quieren creer
que la vida se olvida de él..
domingo, 7 de marzo de 2010
sábado, 27 de febrero de 2010
Más tardes negras
[..] Cada mañana, las sábanas que envolvían un desgastado colchón le preguntaban por el sabor del placer, ese que hacía tanto que no las acariciaba. Ana les contestaba encogiéndose de hombros, pues ya ni siquiera recordaba a qué olían los besos, ni qué era eso de dormir abrazada. A decir verdad, nunca había podido perderse en sueños entre los brazos de un extraño, y menos aún de un conocido. Su último novio la dejó porque no podía quererla demasiado, porque tanto amor propio le impadía repartir caricias y palabras bonitas. Ya habían pasado noventa y dos días desde que Mario se marchó, después de compartir tan sólo dos semanas y media. Pero Ana seguía recordándole de vez en cuando.
Sin permiso alguno, una pequeña mariposa se coló por la ventana de la cocina, y empezó a revolotear alrededor de Ana. La miró atónita. Acababa de enamorarse de un insecto con fantasía en las alas. Su mirada quedó hipnotizada con los colores de la mariposa, y los transeúntes de la calle pasaron a formar parte de un segundo plano. Con la última calada, abandonó el sofá rasgado para seguir los pasos de la intrusa voladora. Inconscientemente, abrió el balcón y salió. Era la primera vez en las últimas dos semanas que un poco de aire fresco rozaba los poros de su piel. Ana se quedó paralizada. La maldita mariposa le había sacado de su refugio hasta estamparle contra la realidad de la que intentaba huir. Escuchó las risas de los niños, las quejas de los ancianos, los labios de los adolescentes juntándose en callejones desconocidos, las palabrerías de los políticos, los cotilleos de las señoras. Y una dulce voz que tarareaba una canción desconocida. De pronto, sus latidos arrancaron de nuevo, y latieron con más fuerza que nunca. Daba la sensación de que el corazón, nervioso y agitado, iba a salirse del pecho para poder buscar al dueño de esa boca cantarina. Pero Ana le tranquilizó, pues no iba a hacer falta que se escapara de su cuerpo. La pequeña mariposa se había colado en su estómago, dándole la fuerza suficiente para ser ella misma la que abandonara su viejo salón, y saliera en busca del sonido que removía sus entrañas. [..]
Sin permiso alguno, una pequeña mariposa se coló por la ventana de la cocina, y empezó a revolotear alrededor de Ana. La miró atónita. Acababa de enamorarse de un insecto con fantasía en las alas. Su mirada quedó hipnotizada con los colores de la mariposa, y los transeúntes de la calle pasaron a formar parte de un segundo plano. Con la última calada, abandonó el sofá rasgado para seguir los pasos de la intrusa voladora. Inconscientemente, abrió el balcón y salió. Era la primera vez en las últimas dos semanas que un poco de aire fresco rozaba los poros de su piel. Ana se quedó paralizada. La maldita mariposa le había sacado de su refugio hasta estamparle contra la realidad de la que intentaba huir. Escuchó las risas de los niños, las quejas de los ancianos, los labios de los adolescentes juntándose en callejones desconocidos, las palabrerías de los políticos, los cotilleos de las señoras. Y una dulce voz que tarareaba una canción desconocida. De pronto, sus latidos arrancaron de nuevo, y latieron con más fuerza que nunca. Daba la sensación de que el corazón, nervioso y agitado, iba a salirse del pecho para poder buscar al dueño de esa boca cantarina. Pero Ana le tranquilizó, pues no iba a hacer falta que se escapara de su cuerpo. La pequeña mariposa se había colado en su estómago, dándole la fuerza suficiente para ser ella misma la que abandonara su viejo salón, y saliera en busca del sonido que removía sus entrañas. [..]
Primera parte aquí.
viernes, 26 de febrero de 2010
Noviembre 2oo7
Sin saber porqué,
lloramos recuerdos,
y la distancia se enfrió
con cada silencio
que salía de nuestra boca.
Buscamos besos,
abrazos, tal vez miradas.
No encontré nada,
y tú tampoco.
Pero no volviste a por mí,
ni fui capaz de pedirte
que lo hicieses.
Llegué a ese banco
en el que un día soñamos.
Sin saber porqué,
estabas allí, esperando,
con la mirada perdida,
y una pequeña mueca
que pedía perdón,
que lloraba añoranza.
Estás cansado,
y tienes frío.
No tiembles más,
que yo te abrazo.
No nos queda calor,
pero mis palabras abrigan.
Recordando viejas pajas mentales.
lloramos recuerdos,
y la distancia se enfrió
con cada silencio
que salía de nuestra boca.
Buscamos besos,
abrazos, tal vez miradas.
No encontré nada,
y tú tampoco.
Pero no volviste a por mí,
ni fui capaz de pedirte
que lo hicieses.
Llegué a ese banco
en el que un día soñamos.
Sin saber porqué,
estabas allí, esperando,
con la mirada perdida,
y una pequeña mueca
que pedía perdón,
que lloraba añoranza.
Estás cansado,
y tienes frío.
No tiembles más,
que yo te abrazo.
No nos queda calor,
pero mis palabras abrigan.
Recordando viejas pajas mentales.
domingo, 21 de febrero de 2010
Tardes negras
Se sentó en el sofá rasgado y, mientras veía cómo el sol se escondía tras los tejados de su triste ciudad, encendió un cigarro. El humo nublaba sus ojos llorosos, y una canción desconocida mecía de fondo sus latidos entrecortados. Hacía unos meses que había dejado de fumar, pero un cúmulo de recuerdos le asfixiaba el corazón, y las caladas, lentas y con sabor a noches de lujuria, calmaban su respiración.
Ana vivía sola, en el sexto piso de un edificio casi en ruinas. Llevaba dos semanas refugiada en su salón, con el ruido de la televisión como única compañía, y la mirada perdida entre los desconocidos que paseaban bajo su ventana. Algo iba mal, muy mal. Pero todavía no había podido descubrir qué era lo que le había robado su sonrisa. Siempre había sido una chica optimista, feliz, que disfrutaba de los segundos de la vida, pero un día, sin saber por qué, se despertó con los ánimos arrastrándose por las tuberías, y con un vacío en el pecho que nada conseguía llenar. Ya nadie llamaba a su puerta, el teléfono había dejado de sonar, y sus labios cortados no habían articulado palabras desde hacía días.. [..]
Ana vivía sola, en el sexto piso de un edificio casi en ruinas. Llevaba dos semanas refugiada en su salón, con el ruido de la televisión como única compañía, y la mirada perdida entre los desconocidos que paseaban bajo su ventana. Algo iba mal, muy mal. Pero todavía no había podido descubrir qué era lo que le había robado su sonrisa. Siempre había sido una chica optimista, feliz, que disfrutaba de los segundos de la vida, pero un día, sin saber por qué, se despertó con los ánimos arrastrándose por las tuberías, y con un vacío en el pecho que nada conseguía llenar. Ya nadie llamaba a su puerta, el teléfono había dejado de sonar, y sus labios cortados no habían articulado palabras desde hacía días.. [..]
domingo, 7 de febrero de 2010
Yonkis
Somos todos unos yonkis. Y no de heroína, ni de farlopa. Yonkis de la televisión, de las caricias, de la comida rápida, del placer, de los miedos, de internet, de los cotilleos, de las buenas compañías, de los orgasmos, de la autocompasión, de los bollos de chocolate, del facebook, del tuenti, del flickr, myspace, blog, messenger y youtube, de cigarros para dos, de la vergüenza perdida, de los bostezos, de los mordiscos, de.. [..]
domingo, 31 de enero de 2010
sábado, 30 de enero de 2010
Mágoa
Deja que se encharquen tus latidos,
que ya nadie quiere oír sus pasos
al caer la noche risueña,
neambulando por las calles
del destino incierto..
que ya nadie quiere oír sus pasos
al caer la noche risueña,
neambulando por las calles
del destino incierto..
martes, 19 de enero de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)