lunes, 28 de julio de 2008

(Me)

Me refugio en los besos
de un whisky con hielo
y un cigarro de esos
que nunca se acaban.

Me abrigo con las miradas
que nadie conoce,
que huyen del aire,
que no dicen nada.

Me enamoro de los sueños
que dejan caer
misteriosos transeuntes
que no van a volver.

Me desespero en las esquinas
de ciudades alborotadas
repletas de mentes solitarias
que temer ser amadas.

Me muero en callejones,
entre odio y falsedad,
mientras una triste canción
da paso a la soledad.

Corre

Golpea con fuerza y sin miedo, antes de que los recuerdos oxidados te escondan en un pequeño agujero, privándote de luz y de sonrisas, de palabras y de vida, dejándote en silencio, a solas con la soledad. Mata, asesina sin temor, a todos aquellos momentos que te llaman una y otra vez desde el pasado, para que vuelvas a él, para que olvides tu presente y te encierres en callejones sin salida, repletos de flores podridas y amapolas muertas. Vete, adelanta al destino, no dejes que sea él quien decida cada final. Pinta tú mismo la estrella que te guía.

viernes, 25 de julio de 2008

Asco

Te entran arcadas de pensar en ti mismo,
y no quieres mirar atrás,
ni al horizonte.
Cierras los ojos y callas,
como una buena puta,
como un buen cobarde.

miércoles, 23 de julio de 2008

Carpediem

¿Sabes? Hace tiempo que me pregunto qué es la vida, eso que todos tenemos, pero que cada cual ve a su manera, que a unos les gusta más y a otros menos, que unos aprovechan y otros dejan que pase sin pararse a contemplarla, que algunos se la merecen más que unos cuantos, que es la base de cada persona, de cada uno de nosotros. La mía empezó hace dieciocho años, unos meses y algunos días atrás. Supongo, y espero, que aún me quedan dosis de ella en el cajón de la mesita, en el estante de tu estantería, en vuestras pupilas, en nuestros caminos. He desperdiciado miles de segundos, como todos, creo. Pero también he gozado de muchos de ellos. Algunos los he saboreado sola, con mis suspiros como compañía, o mis palabras, o mis silencios. El resto los he pintado con los pinceles de vuestra amistad, de vuestra presencia. Una vez escuché que si no fuese por los amigos, no valdría la pena vivir. Pocas veces he dudado de ello. En algún momento de rabia, o de malestar. Pero la teoría se confirma con el paso de los años. ¿Quién, sino, aguantaría cambios de humor hormonales? ¿O historias interminables que al final resultan aburridas? ¿O enamoramientos momentanios que monotonizan las conversaciones? Dónde iríamos a parar sin esos consejos, sin esas risas, sin esas miradas que lo dicen todo, sin esos silencios que nunca resultan incómodos, ¿verdad? Es cierto que los amigos van rotando, la vida es demasiado larga para estar rodeada siempre de las mismas personas. La gente viene y va, como el tiempo, o como las olas. Pero siempre quedan huellas, recuerdos que ni olvido se llevará, momentos que huelen demasiado bien para dejar que se vayan. Cada persona es un mundo, y me agrada formar parte de unos cuantos, porque por mucho que me guste la soledad, las largas horas de conversaciones sin sentido no las cambiaría por nada, ni los cafés después de comer, ni ese cigarrillo a medias, ni unas cuantas palabras que dicen más que trescientos libros juntos, ni un quéganasteníadeveros tan sincero que gritamos al reencontrarnos. La vida es un camino hecho de pequeños detalles, y si sabemos apreciarlos, todo cambia de color. Hay días en que se ve todo negro, pero no porque se haya escondido la luz, sino porque no sabemos encontrarla. Tal vez me queje de caminar por este sendero, pero sé que en el fondo me gusta, y me da miedo que llegue el momento en que mis pies dejen de andar, y mi voz se calle al caer el sol. Dicen que los gatos tienen siete vidas, pero yo no soy un gato. Sólo tengo una, o al menos eso me han enseñado. Así que será cuestión de agarrarme al tiempo antes de que se me escape. Desperdiciar unos cuantos segundos de vez en cuando tampoco viene mal, desestresa bastante. Pero que no sea en grandes dosis, porque aunque parezcan interminables, llegará un día en que digan basta, el reloj se pare, y deje de prestarnos tic-tacs. Supongo que nunca encontraré una buena explicación sobre qué es la vida, así que dejaré de preguntármelo. Dejaré que ella misma sea la que resuelva mi duda, cuando llegue al final del camino, habiendo aprovechando tantos momentos como me sean posibles. Sola, ocasionalmente. Acompañada, siempre que pueda.

martes, 22 de julio de 2008

Ríe

Le he hecho cosquillas al destino, y ha empezado a reír, dejando salir una dulce sonrisa que encadila mis deseos, rompiendo esquemas que hace días todavía dolían. Vendí la luna a la mañana y me escondo bajo tus suspiros. Dormí los sueños en primavera y por fin han despertado, dejando su caparazón en una carretera vacía, pintando un corazón en las vías del tren de medianoche.

martes, 15 de julio de 2008

Stop

No sé dónde paran mis palabras. Se han ahogado en un charco de verdades, se han hundido en un llanto de lodo. La monotonía es la que marca el camino hoy por hoy, y la vida se repite una y otra vez, sin cambiar de color. Muchas, demasiadas veces creo que sería mejor callarme, para dejar que pase el tiempo, y traiga nuevas letras que me llenen, que tengan voz, que vuelen.

lunes, 14 de julio de 2008

Lo digo

Grita lo que quieras, que no te escucharé.
Canta primaveras, algún día volveré.

domingo, 13 de julio de 2008

Sin voz ni voto

Versos envenenados
que huelen a psicotrópicos
hundidos en los recuerdos
de una noche desconocida
donde las hadas cantaban
antes de que tu voz
las asesinara con un grito
que cortó las alas del deseo
y la sonrisa del corazón,
que quemó los sueños de Morfeo
y la cordura de la razón.

sábado, 12 de julio de 2008

Arinconadxs

Hace muchas noches que me invade el silencio. La casa está vacía sin tu presencia, y los pájaros ya no cantan cuando sale el sol. Ya no llueven caricias en nuestro sofá, ya no se escuchan susurros en la almohada, ya no perdemos la inocencia disimuladamente bajo la mesa del comedor.
Mientras una manada de recuerdos se acurrucan en mis pupilas, intento buscar un sustituto a tus palabras, al sonido de tu voz, a tu presencia. Cada canción que suena me recuerda a ti, sin poder evitarlo. He tenido que dejar de disfrutar de la música por un tiempo; cada nota es una espina que se adentra más y más.
La cafetera ya está lista, café para dos, o tres incluso. Pero tan sólo estamos mi soledad y yo. Ella no toma café de madrugada. Aprovecho la ocasión, y me sirvo dos tazas, o tres incluso. Hoy no tengo ganas de dormir, pues sueño demasiado, y al despertar, la realidad me araña las entrañas. Hoy seré consciente de la verdad, me acomodaré a ella, y no dejaré que me hunda. Eso jamás. Sólo he caído una vez, y fue la vez que te marchaste. Pero llevo demasiado tiempo en el suelo, es momento de levantarse.
Entro en el dormitorio. Las sábanas arrugadas reviven una de tantas noches que pasamos escondidos en ellas. Se me eriza el alma al pensar en ello, en esos besos, en esos notevayas, en esas sonrisas. Me siento en la cama, y enciendo un cigarro. Con el humo de fondo se está mejor, la realidad parece más confusa, y las verdades punzantes parece que desaparezcan por un momento. Con cada calada asesino un recuerdo. No sé si esto estará bien o mal, si me arrepentiré o no, pero no importa. Me apetece hacerlo, y no veo porqué negarse.
Abro la ventana. El sol ha decidido darnos los buenos días. Me siento en la repisa, y observo cómo va saliendo poco a poco, matando a esas noches que sólo me regalan silencio, despertando a los alegres pajarillos que intentan callar con sus cantos los motores de los coches y los gritos de la gente de esta escandalosa ciudad. Enciendo otro cigarro. Hacía tiempo que no me sentía tan bien con tan poca cosa, como el día en el que me escribiste versos en el pecho, de esos que decías que nunca se irían, pero que acabaron huyendo. Necesito salir a la calle, a gritar como todas esas personas, a caminar, a saltar, a volver a empezar.
Vuelvo a ese rincón que tanto nos gustaba, en el parque que hay detrás de casa. Hemos pasado muchos, muchísimos momentos allí, y no debería volver, pero tengo ganas de ir una vez
más a ese lugar. Ha cambiado bastante desde la última vez que fuimos. La hierba ha crecido, y hay más flores que nunca. Me gusta más ahora. Me tumbo en el suelo, y las nubes me regalan formas y sonrisas.
Hacía tiempo que no decía esto, pero sé que hoy puedo: Me siento bien. Te he recordado mucho, demasiado. Lo suficiente para olvidarte. Once meses, trece días y veintidos horas han sido necesarias para ello, pero por fin lo he conseguido. Hoy es el día perfecto para empezar un nuevo camino perfecto con una felicidad perfecta y unas cuantas pinceladas de imperfectismo. Ya no busco tu voz, ni tu presencia, ni tus caricias, ni tus notevayas. He borrado prácticamente todo, ya no eres parte de un presente que parecía eterno. Pero no te preocupes, este rincón siempre será nuestro rincón.

lunes, 7 de julio de 2008

Maquillaje

Sé que no te gustan estas cosas, pero hoy vas a hacerlo. Vas a estar más guapa que nunca. Por él, para darle una sorpresa, para que no suelte tu mano. Quedan once minutos para su llegada, y ya estás lista. Los segundos van muriendo, y el timbre no suena. El teléfono comunica, y tus manos empiezan a temblar. Unas gotas de optimismo caen desde una gotera, y te hacen creer que llegará, que quizás ha parado a comprarte un ramo de flores, o se está poniendo más guapo que nunca, para intentar sorprenderte a ti también. Tras dos horas y trece cigarros, suena el teléfono. Su voz no está, su mirada tampoco. Tan sólo unas cuantas letras que dibujan tres palabras que nunca quisiste oír: No te quiero.
El carmín resbala por tus cansados labios, y una lágrima negra ahoga tu llanto. Creíste demasiadas mentiras, y hoy has vuelto a la realidad, a esa absurda realidad que araña tus sueños y muerde suspiros de una noche de verano que tanto te hicieron sonreír... Cierra la puerta, tira la llave. Ya no queda nada, ha muerto hasta el aire.

Resaca

Deja de soñar,
que el poder ha comprado las ilusiones
y ya no las puedes pagar,
que las sonrisas se han dado a la fuga
con unas copas de más,
que la razón no entiende de latidos
que mueren en cada calada.

viernes, 4 de julio de 2008

01 : 45 : 35 AM

Será mejor que calles, que bajo tu piel de escarcha se esconden miradas que buscan algo más de lo mismo, dejando el viento huya con las flores de la mañana, cortando las alas del compás del tiempo. Relamiendo tu conciencia he pintado un corazón, y tus tequieros de terciopelo como espinas han rasgado la ilusión que un día grité para que vinieses a mi vera, con la que una noche follé después de unos tragos de más. Engañaste a mi paladar cuando te recitaba un verso en la arena, y tus manos acariciaban las olas de mi ombligo sin despertar a la luna. Las nubes están sedientas desde que ya no me quieres, y tus palabras lloran escuchando mi silencio.