sábado, 30 de marzo de 2019

O.

Hoy me he levantado pensando
lo increíble que eres en la cama,
y lo gilipollas que te estás volviendo fuera de ella.
Y lo tonta que soy por (per)seguirte.
Y lo poco que me queda para cerrar esta historia
y decirte
a d i ó s.

Porque ya está bien de dramas adolescentes,
de monotema, de ser tan pesada,
de escribir lo mismo una y otra vez.
Y otra.
Y otra más.
Ya basta,
joder.

Que vengan nuevos dramas, que me los como con patatas.
Que hoy devoro las ganas,
los besos,
las tonterías
y el mundo si hace falta.

Que no nos quedan tantas horas
 como para andarnos con tantas historias.
Que si quieres bailar, baila.
O gritar.
O tener sexo en un lavabo.
O masturbarte tres veces al día.
O comer tanto que tengas ganas de vomitar.
O no salir de casa.
O salir demasiado.
Que hagas lo que te salga del coño.
Y p u n t o.
Quizás lo digo porque estoy recién follada,
tengo un gato en mi regazo que me mira con demasiado amor,
mi vecina está sacando los pies por la ventana
 y hace un sol de la hostia.

Y no es lo normal.

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