Me encanta
(o me consuela)
saber que no me lees,
que no me crees,
que apenas me ves,
que ya no me reconoces,
que ya me olvidaste,
que no te erizo,
que no te empalmo,
que no me sueñas,
que ya no somos,
que sólo eres.
Y cuando digo que me encanta
me refiero a que lo acepto,
así, sin más.
Como las páginas del libro
que aún me quedan por leer.
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